Consejos para aliviar la congestión del pecho de su bebé
Es duro cuando tu pequeño está enfermo. Su bebé no puede decirle lo que está pasando, y él no puede sonarse la nariz o limpiar sus vías respiratorias con una buena tos sólida. Ayude a su bebé a respirar mejor cuando tiene congestión en el pecho con una variedad de métodos que ayudan a eliminar la mucosidad de las vías respiratorias.
Fundamentos de la congestión del pecho
La congestión torácica es a menudo un síntoma de enfermedades respiratorias. Se refiere al exceso de mucosidad en las vías respiratorias que dificulta la respiración. Es posible que note un sonido de traqueteo o sibilancias cuando su bebé respira si su pecho está congestionado.
Para niños mayores y adultos, la congestión en el pecho es molesta, pero algunas toses buenas generalmente ayudan a aflojar y eliminar la flema, al menos temporalmente. Los bebés no pueden expulsar todo ese moco porque sus paredes torácicas no están completamente desarrolladas. Por lo general, su tos no es tan productiva para sacar el moco como lo haría su tos. Necesitan un poco de ayuda para sacar la suciedad de las vías respiratorias para facilitar la respiración y evitar una inflamación adicional.
Aflojar el moco con vapor
Cree una sauna improvisada en su baño para ayudar a aflojar el moco en el pecho de su bebé. Cierre la puerta del baño y ponga el agua en caliente, con la ducha funcionando. Ese vapor en el espejo puede molestarlo después de la ducha diaria, pero puede ayudar a su bebé a respirar un poco más fácilmente. Siéntese con su bebé en el baño durante unos 20 minutos. Haga esto hasta cuatro veces al día para mantener la mucosidad suelta.
Patting en el pecho o la espalda
Otra forma de aflojar el moco, facilitando su extracción, es acariciando el pecho o la espalda de su bebé. Patéelo firmemente en la espalda en el área de los pulmones. Use una mano ahuecada para dar palmaditas mientras él descansa sobre sus piernas, con su cabeza colocada ligeramente más abajo que el resto del cuerpo. Esta posición ayuda a que el moco salga de sus vías respiratorias. También puede acariciar el pecho de su bebé firmemente para ayudar a aflojar el moco. Combine las palmaditas con el tratamiento de vapor para duplicar el efecto de aflojamiento del moco.
Aumentar la ingesta de líquidos
Los líquidos adicionales en el cuerpo de su bebé pueden ayudar a diluir la mucosidad, facilitando que salga de las vías respiratorias. Si su pequeño tiene menos de 6 meses, salte el agua y el jugo. En su lugar, intente ofrecer más leche materna o fórmula para darle más líquidos. Los bebés mayores pueden tener algo de agua y jugo para adelgazar la flema.
Use una jeringa de bulbo
Una jeringa de bulbo ayuda a extraer la mucosidad de la boca y la nariz de su bebé. Si puede aflojar el moco lo suficiente como para que salga de las vías respiratorias, use la jeringa de bulbo para extraerla por completo. Aprieta la bombilla antes de ponerla en la boca de tu bebé. Suelte la bombilla con la punta hacia la mejilla de su bebé o la parte posterior de su garganta. Tenga cuidado de no meter la punta en su garganta o meter los pañuelos con la boca. Exprima el moco en el bulbo y repita el proceso si es necesario.
Si su bebé también tiene congestión nasal, lave la jeringa antes de usarla en su nariz. La aplicación de solución salina en la nariz antes de la succión puede ayudar a aflojar el moco. Aprieta la bombilla antes de insertar la punta en la fosa nasal. Succión al liberar la bombilla.
Llame a su pediatra
La congestión a menudo desaparece por sí sola en el transcurso de varios días. Si su bebé parece estar respirando bien y su alimentación, bebida y niveles de actividad son normales, puede continuar tratándolo en casa y controlarlo para detectar cualquier cambio. Si su respiración parece un poco dificultosa, pero de lo contrario está bien, llame a su pediatra para preguntarle si necesita ir a una visita. Obtenga atención médica inmediata para su bebé si su respiración se vuelve muy rápida o si tiene mucha dificultad para respirar. Otras razones para ver al médico incluyen un tono de piel azulado, fiebre alta, disminución significativa de la actividad o empeoramiento de los síntomas.
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